Rosa de pensamiento único,
de los últimos sentidos,
y una sola lazada
abierta
a la inclinación del mar,
voz extrema del destino,
arena incestuosa
cuyo adversario de pavesas
nunca descansa,
al acoger su inquilina muerte
en el regazo del viento,
sombra desguace,
moretón en el cuello
de la lluvia,
Cupido tensa lágrimas.
arpía de vívidas soledades,
chato bostezo
bajo la vigilancia onírica
del cíclope.