En una playa dormida y de arena blanca,
vuelan mil gaviotas radiantes y serenas,
así han de volar mis sueños y mis penas,
por un mar de tinieblas donde la luz se estanca,
mientras en silencio llegan por mis venas,
aromas de mujer, de una mujer, fiel y franca!
Iván Madueño Luján