Feroces los labios la noche
alterna en su habitáculo hostil
pedigüeño de las mil caras
rostro monumental que acarician las teas
incendiadas narices de resinas inmateriales
esas retamas ardiendo sucumben
subterráneos que anulan lo vigente
y en las distancias todo aburre y se comprime-.
Formo lugares en mi mente
contemplo la situación equidistante
la formulo como hojas perdidas
de un antiguo cuaderno las lanzas
pervierten su contenido:
soy de la sierra madre como un natural
equivalente-.
Las tierras en su conjunto lo que nieva
nocturnamente acariciado por templos
o su efigie desmoronada, pies tobillos
insurgentes, la demoledora frase haciendo arder
los rectilíneos dientes, y esas confabulaciones
de lo elemental sin persiana.
Extraer de la chistera una risotada grave
un especial del número su pronta equivalencia-.
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