Descansa un poco
y cobra nuevas fuerzas,
la senda es larga.
Eso decían
las piedras del camino
desde la sombra.
Yo me detuve,
bebí un trago del agua
y me senté.
La cantimplora
estaba medio llena
y resistía.
Las piernas flojas,
un tanto decaídas,
con agujetas.
Pero la mente
estaba equilibrada,
con buen humor.
Mucho camino
quedaba por delante
a recorrer.
Duras etapas
de sol y de silencios
por compañeros.
Pero conmigo,
venías en el sueño,
mi mariposa.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/05/22