Soy la quebrada donde nace
la vertiente dulce de tu amor,
soy el viento que lleva y trae
tus suspiros melodiosos como una canción.
Soy el mar que se abalanza
sobre tu roca, una y otra vez
dejando marcas de su sal
en las grietas de tu piel.
Soy el muro húmedo
que atrae a tu enredadera
y cada ladrillo una lágrima
de tu amor, tu odio y tu espera.
Soy la cuenca de tu río caudaloso
y la semilla ávida de tu tierra;
soy el cofre de tu tesoro
y tú, el mástil de mi bandera.