Tus ojos me vieron, los miré también
y en ese contacto quedamos flechados;
grabé tu silueta con nervios cansados
con fin de soñarte perfecta en mi sien.
Llegó el primer sueño después de la espera
tocando la puerta con danza y requiebro
y escuché tus pasos en todo el cerebro
que inquietos mis sesos dijeron: —Es fiera.
No teman amigos les dije al instante,
esperen con calma, conserven su treta
que en día veremos su hermosa silueta
salir de esos valles contenta y triunfante.
Dijeron mis sesos con tanta excelencia
que en toda dulzura se esconde un dilema:
y yo sorprendido pregunto ese tema
para una repuesta rebelde de ciencia.
Pasaron los días, se fueron momentos
y todo el recuerdo volaba muy lejos.
Entre mis ensueños perdí sus reflejos
quedando al vacío de mis pensamientos.
Tiene que regresar le dije a mi estrella
siempre con la idea, siempre con delirio;
el tiempo no importa si hay otro martirio
con tal que regresen los pasos con ella.
Samuel Dixon [09/05/2022]