¡Madre mía… tu nobleza!
El recuerdo siempre entraña
en mis horas de tristeza
cuando el viento y su braveza
con mi corazón se ensaña.
Porque el corazón no engaña
cuando a golpes va y tropieza
tu recuerdo siempre entraña
en mis horas de tristeza.
Y la lluvia cuando baña
la montaña y su maleza
nacen flores con terneza
y la brisa en la montaña
tu recuerdo siempre entraña…
¡Madre mía… tu nobleza!