Gracias a ti he sabido al fin
que todo es baladí: pureza derruida,
caí, montones de excrementos
tapizando un subsuelo de esqueletos.
Gracias a ti, supe del amargo sabor:
suicida en potencia, nunca me descubrí
sino en la indolencia. Que otros triunfen,
que otros persigan y ganen la gloria, yo,
más humilde seré, sin otro remedio que serlo.
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