Perdóname mamá por no haber sido
esa hija que soñabas en tu anhelo;
y si acaso me escuchas, desde el cielo
donde sé que tú estás, perdón te pido.
Perdóname mamá, si en mi egoísmo
Siempre pensaba en mí, como cualquiera.
Sólo ansiaba vivir mi primavera;
quizá nuestro sentir nunca fue el mismo.
Perdona si en mis ansias caprichosas
entiendo, se impusieron mis defectos.
No supe comprender, y en mis afectos
te di la espina y me guardé las rosas.
Perdóname las noches que, impaciente
y en vela me esperabas, no llegaba;
y pudiendo calmarte, no dejaba
que ni un beso me dieras en la frente.
Mil veces, ignorando tu consejo
con mi dura palabra te ofendía.
Acaso en mi arrogancia no entendía
que pronto iba a mirarme en ese espejo.
No dejes que la duda me taladre
el alma y corazón, perdón te pido.
Si acaso mi sentir te ha conmovido
¡Perdóname, mamá! ¡También soy madre!