EL PEQUEÑO PAYASO
Siempre en mi vida me he encontrado,
Con la figura de un payaso solitario,
Ya en la marioneta de trapo,
El amigo imaginario
con el que mi hermano Amilcar jugaba,
O que en el programa que veíamos a diario,
Donde el Payaso “Popy” se encontraba,
Ese célebre cantante de música infantil,
Con su carita graciosa,
Con su sonrisa gentil,
Con aquella canción hermosa,
Que a “Mi amigo Dios” compuso.
Son vívidos y gratos los recuerdos,
Del poema “Reir Llorando”
Que mi Karlita recitaba,
Con ternura y pasión, declamando,
Conmoviendo a su público, casi orando,
Con la historia de Garick el célebre actor,
Que sus carcajadas contagiaba,
Mientras su alma lloraba,
Escondiendo su dolor.
Pequeño Payaso del cuadro
de la puerta de mi cuarto,
tu pena también comparto,
No llores mi Payaso, eres consuelo,
De fe en un mundo que anhelo.
Pequeño pero grande a la vez,
Hoy tu recuerdo evoco de mi niñez,
Payaso que personifica la virtud,
Te ofrezco toda mi gratitud.
Aquel hombre con la vida dedicada,
A alegrarle a los niños los corazones,
Que sin importarle sus emociones,
Con gracia escondes tu tristeza,
Enseñándonos la fortaleza,
Detrás de tu carita pintada,
Vas devolviendo la esperanza,
Es este poema una semblanza,
Rescatas sonrisas es tu gran labor
La ejerces con todo tu amor,
Caminas por miles de ciudades,
Hasta los más oscuros y peligrosos lugares,
con sus ocurrencias diseñadas
con sátira ética y buen humor,
Mi pequeño y triste Payaso,
Te pido en este ocaso,
Trasmuta mi dolor,
Del nuevo día sienta el calor
Y con tu sonrisa sincera,
devuélveme la alegría
que mi corazón espera.
Claudia Alejandra Rentería Garcés