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No hay esfuerzo suficiente.
La casa esta vacía y he abierto las ventanas,
ha pasado mucho tiempo
pero tu aliento persiste como bruma.
Cuando me descuido,
palmea mi la espalda, despabila,
ondea en mis dedos, acaricia.
Tu aliento se hace denso cuando estoy triste,
de repente, todo mi cuerpo se hace recuerdo,
es imposible definir la vida sin nostalgia.
Escucho tu palabra que nombra al mundo
y es mas bella que el mundo,
Veo tu sonrisa y es el rostro de una madre
ungida de la gracia luego de parir.
Y no puedo olvidarme de tu aliento.
¿Habrá asesinos que puedan salpicar a la memoria?
No hay esfuerzo suficiente
Aunque la casa esté vacía, y las ventanas abiertas,
es solo el corazón quien elige sus astucias.
Anton C. Faya