Infinitud del tiempo
Magnitud de la mudanza
Su letanía, su pausa
Su ritmo, su paso
Su huella, su sombra.
Talle del pasado
Clavada en la cruz
De su propia melancolía
Se camufla en la memoria
Trajinando el presente.
Es lo inmaterial del afecto
Sembrando su grano
Irrigando la bondad del espíritu
Profundidad erguida del ser
Lumbre del pensamiento y el alma.
Sigue peregrinando su semilla
Concibiendo la partida
Como espacio extendido
De la inmensidad del amor
Indisoluble estela de la existencia.
Su entraña hecha vida
Amamantando el principio
Pariendo la dulzura
Misterio de lo creado
Paz de lo respirado.
Torna el hombre a su inocencia
Escucha una indescriptible melodía
Es el niño de aquellos ratos
Murmura humildemente ¡Madre!
Por la eternidad de los tiempos.
EH