Le sacas la lengua a la suerte,
Pues piensas que es mala suerte creer en la suerte;
Te burlas del infortunio atroz
Con descaro y sin compasión.
En tu loca cordura eres reverentemente irreverente,
Pues te ríes de todo, de todo te ríes, pero menos de Dios.
En tu ímpetu, eres impetuoso como el viento bribón
Que arrastra consigo a las ciegas golondrinas;
Al igual que ellas, vas como ciego desobedeciendo
El murmullo irónico del destino desolador.
No le crees a sus vaticinios; es más, los ignoras
Como quien ignora una mala noticia
Como el invierno ignora el cantar prodigioso
De la primavera primorosa.
Le sacas la lengua a la suerte…