-A los de una u otra forma,
sus víctimas-
Monstruo engañador
Dragón de ojos fieros
De garras sucias y afiladas
Embustero de curas y de parias.
Torcido de destino
En elegantes claustros
Agazapado en cristales, finas formas
Escondido en trincheras de asalto yaces
Demoniacamente al acecho
subrepticiamente amigable
Engañoso, falaz compañero
Temible y fatal consejero
Terrible y fatuo consolador
Amigo falsario infernal
Despreciable y perenne traidor.
Engendro de hipócrita faz
Vampiro de honras y vidas
Risa y sonrisa de hiena cruel.
Veneno de cobra, abrazo de boa,
De pulpo, telaraña mortal.
Te condeno como apología de la destrucción
Te condeno como apología de la sombra
Te condeno como apología del deshonor
Te condeno como apología de la vergüenza
Te condeno como apología de la desvergüenza
Te condeno como apología del sufrimiento
Te condeno como apología del dolor
Te condeno como apología de la angustia
Te condeno como apología del martirio
Te condeno como apología del horror
Te condeno como apología del terror
Te condeno como apología de la agonía
Te condeno como apología de la muerte
Te condeno como apología del infierno.
Siempre te será insuficiente
Toda adjetivación denigrante
Debería repugnarte, te repugno,
Debería odiarte a morir
Y te odio
Te deseo exterminio, extermínate
Repulsivo veneno.
Creatura deífica el ser humano
Creatura inteligente
No será postrado por ti, escoria
Sumido por tu inmundicia
Ni al final, derrotado
Serás tú el vencido, despreciado y desterrado
Para siempre expulsado
Para siempre serás en el abismo
Para siempre serás en el averno
Serás por siempre:
Satanás embotellado
¡Contumaz ASESINO!
¡Engendro!
Bolívar Delgado Arce