“El narcoestado de marco . . .”
Nueva Italia, Michoacán,
al vino vino, al pan pan,
el ejército mexicano
degradado quedó enano.
Que terrible decepción
al ver la persecución
de nuestros pobres soldados
por sicarios desgraciados.
A bordo de camionetas
luciendo sus metralletas,
haciendo del todo alarde
ante una actitud cobarde.
Como en fuga los pollitos
se escuchaban solo gritos
de los del cártel jalisco
que resultó ser muy listo.
Y loco, desaforado,
así, arreando su ganado
al son de mil exabruptos
entre otros: “órale put . . .”
La escena causó pavor,
¿qué fue del orgullo-honor
de “valientes” militares?,
la banda de criminales.
Los dejó bien desnudados,
hasta iban mejor armados;
López dijo que: “cuidamos
criminales pues son humanos”.
Así el infausto mensaje
con el que el peje hace maje
al pueblo “sabio” infeliz,
Andrés anda en el desliz.
No ve, le hace a la ceguera
con el Don “Mencho” Oceguera,
le da abrazos, no balazos,
le tiende amorosos lazos.
Viviendo un narco amasiato,
¡qué “gobierno” tan ingrato!
ha entregado ya la plaza,
los cacos como en su casa.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 12 de mayo del 2022
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