Solo escribo cuando mi corazón grita. Incluso aunque pasen años.
Y hoy viene a mi mente esas canas prematuras y ese cierre que nunca se dio.
Un cierre que era tan necesario para curar, para aliviar y perdonar.
Ya mi vida ha cambiado.
Sé que la tuya también.
Ya todo sería extremadamente complicado.
Pero ese cierre que nunca se dio, sanaría tantas cosas.
Secaría tantas lágrimas.
Eliminaría tantas preguntas.
Me faltó esa última vez de sentir tu cabello áspero pasar entre mis dedos.
Me faltó tomar y besar tu mano encallecida y protectora.
Me faltó sentir tus manos rodeando mi cintura, quedándose en esa cavidad de mis huesos que tanto te gustaba.
Me faltó cruzar tu cuerpo con mis piernas
Me faltó abrazarte. Me faltó preguntarte cosas.
Me faltó volverte a decir que fui tuya y que de una u otra manera muy complicada, siempre lo seré.
Y aunque nos faltó un cierre, de vez en cuando y de cuando en vez te seguiré recordando.
Deseándote que seas la persona más feliz de este mundo.
Agradeciendo lo bueno, perdonando lo malo.
Y pidiendo secretamente al destino un reencuentro, en una próxima vida.
Me faltó un cierre, y me destrozaría el alma creer que a ti no.
Hasta siempre mi gran amor
Hasta siempre