Por las calles yo camino no sin llorar
que esas lágrimas, a punto de caer,
cierran mis ojos imagino imaginar
que los muertos no han de comer.
El claroscuro me enamora y me da celo
no escuchar truenos más por muy sordo
que no me quejo pero quiero ese cielo
nublado me pare de decir: \"¡estás gordo!\".
No hay calles ahora, ahora ya sólo piso
las hierbas Whitman, como un laboratorio
todo el momento, porque ya hay un aviso
de que carro peligro y muerte en el escritorio.
Mas como yo estoy solo, mas es mi rancia
manía sólo coger lápiz... ponerme a expedir
esas trovas olvidadas el viento en discrepancia
que me mata Dios o no dejo de escribir.