Libertad, es la libertad de los amores,
terrible paradoja la que escribo
pero libertad es estrecharme entre tus brazos,
libertad es quererte a cada paso.
Y no hablo de amores resentidos,
ni amores requemados en la hoguera,
no esclavos, no cansados, ni ladrones,
sino amor que supera esos amores.
Libertad la que dan los corazones
que se brindan a la vida sin medida,
sin mediar en distancias o pasiones,
sin caer en las falsas ilusiones.
Libertad verdadera es la que da
el amor que no teme en entregarse,
que se agita por sentirse vulnerable
más no huye a la muerte inevitable.
Una muerte que en sí es pasajera
porque luego llegará ese tesoro,
la libertad está en enfrentar los miedos
y amándote, yo sé que puedo.
Por eso entendí que nadie es libre
hasta el día en que es capaz de amar
y llorar en la cama hasta acabar
cada lágrima almacenada en la retina,
y luego sentarse a pensar
que el amor es más fuerte que la muerte
y por eso ser libre al entender
que aunque no estés...
siempre he de tenerte.