No me llames loco,
porque dices que miro sin ver,
porque se me acabaron las palabras,
porque se me olvidaron los abrazos,
porque se me borraron los momentos.
No me llames loco, porque vivo muerto,
y muerto vivo, quiero seguir viviendo,
sorteando suertes ajenas,
de miradas extrañas y pasajeras.
No me llames loco, que ya por ti lo fui,
por seguir, por creer, por mimar y por ser,
No me llames loco, porque desde esta locura,
balcón de pocos, precipicio de muchos, abismo de todos,
me siento solo, muy solo, si
pero abrazándome, queriéndome y mimándome.
No me llames loco,
¿Acaso no ves como me busca la noche,
como me abraza mi mar?,
¿Acaso no ves en mi locura,
merecida y ganada, esencia de libertad?.
No me llames loco, otra vez,
no sin antes preguntar al viento que me vio,
a la sombra que me siguió,
y a ese pájaro que volando, me llevó.
¡¡Loco!!, ¡¡loco!!
loco me llamas, y yo, loco,
mirándote desde mi voluntaria negrura,
con el silencio atronador de mi amargura,
te digo, baja hasta mi llanura,
siente mi risa, calla tu rabia
y vive mi locura.
(jpellicer)