Señora, hágame saber de su alegría
que siento tras mi mente la interrogante;
prefiero a que usted lo diga aquí delante
aunque otros lo rumoren con rebeldía.
Se preguntará el porqué de mí osadía
y la repuesta se la diré en segundos,
pues dicen que en el amor hay nueve mundos
y yo deseo saber su teoría.
Tú que preguntas tan curioso este tema
y te has detenido ante mí muy sincero;
al paso del viento, mi fiel compañero,
te diré que soy la causa del problema.
Permítame decir el dicho de ahora,
acá trabajan poco y murmuran mucho:
su fama no es la pluma, pero es serrucho;
imagine lo que pasa Gran Señora.
A toda alma sobresalen sus locuras
y no es pensar lo que pronto se avecina;
nunca busques un pretexto en tu retina:
cada sueño es un camino de aventuras.
En la vida pocos hallan las alturas,
para eso no se pretende hacer encuestas:
los amores bienvenidos dan repuestas
y las sombras interpretan sus figuras.
Samuel Dixon [14/05/2022]