En una tarde entre arboles y viento besé tus labios con sabor a romero y me enamoré de tú aliento.
A jazmín huele tu piel y tus ojos que parecen dos luceros, me miran suspirando por una sonrisa mía aunque sea destiempo.
Me tocas dulcemente de lado a lado mis labios y sin dejar de mirarlos como si mucho los extrañaras exclamas:
“ Tus labios son mis labios “
Delicadamente te levantas y mirándome profundamente me dices con pena…me voy, y el silencio te acompaña en tu marcha.
Me quedo con mi soledad y mi pena solo en esa misma mesa y pasado unos minutos te veo pasar agarrada del brazo de tu nuevo novio.
No lo puedes evitar cuando pasas enfrente a mi levantas la mano disimuladamente donde llevas una chaqueta de punto y te tapas la cara.
Parece que te da vergüenza que te vea, y yo con la mirada te sigo como andas, hasta que desaparece la esencia
de tu espalda.
Y me pregunto porque amándome me dejastes solo para tener una vida como la de todos, mal casada dos hijos mil problemas y ahora
divorciada.
Cuando comprenderemos que lo importante es vivir el momento pues ni el pasado ni el futuro pueden predecir un buen seguro.
Manuel Lorente
Seudónimo
Mael Lorens
Reservado el derecho de autor Mayo 2022