Sixto Sanchez

NIÑOS

Fuimos tan embusteros

en aquel tiempo imberbe

que la verdad sonaba a mentira.

 

Inventábamos nombres audaces

para exorcizar pudores cristianos.

 

Los libros eran planetas

la magia era la norma  

y juramos jamás crecer.

 

Pero nunca jugamos al escondite

por temor a no ser encontrados.