Muchas veces me pregunto
de dónde provengo yo.
¿Tátara, tátara, tátara nieto de quién soy?
Por eso también pienso, y pienso,
que aunque nunca soy primero,
entre los primeros… soy…
También pienso que la perfecta naturaleza
no puede cometer el error
de crear un ser casi perfecto,
sin darle continuación…
Seguramente en tiempos remotos,
fui brujo o patriarca de alguna tribu nómada,
o luché en las murallas de Troya
(en cualquiera de los bandos, si fue con valor)
o mis restos están hoy en algún museo del mundo,
como extraña momia desconocida,
en el Museo del Cairo,
o en Guanajuato
o de Nueva York:
o fui pirata en el Caribe,
o capitán de un ejército invasor.
Pero también pude ser Libertador…
Cada quien en su tiempo,
puede estar en un bando u otro,
y hacer con honor lo que la vida le dio.
Mi madre, que fue médium de familia,
siempre me dijo que en otra vida,
fui urólogo de profesión;
pero si fui maestra de escuela,
si enseñé a leer a Colón,
creo que me acercaría más a lo que soy.
Porque pienso que el Karma no tiene sexo,
y en cada vida te toca,
lo que te tocó…
Como hombre de ciencias que ahora soy,
no lo sería si cierro puertas o lo incógnito,
o lo esotérico,
o a lo divino…
La ciencia verdadera no puede poner barreras
encerrada en la razón.
¿Quién sabe de dónde me viene lo de poeta?
¿Acaso soy tátara, tátara, tátara nieto de mí mismo?
Solo sé que la poesía se mete en mi cabeza desde la infancia…
Pero la vida me llevó por otra profesión.
Quién sabe qué pasará mañana…
Tal vez me toque ser una incansable abeja
o una simple flor…
Frank Calle (15/ mayo/ 2022)