La muchacha del río
y sus manos de tierra
pescan peces grises.
Su aire amarillo agreste
gira el aspa de un molino
y muele trigo y avena.
Llenos sus pies de sol
y su cuerpo de cereales
llega a la casa cansada,
quita su ropa empapada
y seca su cuerpo de flor
adornado por lunares.
La muchacha del río
y sus piernas de hierbas
siembran y cosechan.
Llueven siete monedas
y florecen sus bolsillos
como la primavera.
La muchacha del río
sonríe, ¡por vez primera
la vida le ha sonreído!
Felicio Flores