Amiga que escondida estás
entre laberintos de tiempo,
que yo deshacer quisiera
y encontrar el camino recto.
Mi sangre de de miel y azúcar era
y poco a poco va perdiendo la dulzura.
Sangre amarga el cuerpo me recorre
pero conservaré el dulzor
mientras tu recuerdo no se borre.
Amiga de continuo echar de menos,
de campos cubiertos de amapolas,
de reflejos de risas de arco iris,
de destierro de tristes soledades,
de recuerdos que llegan como olas.
El lugar que en mi alma ocupas no te lo puedo regalar
es un pedazo de mí que tengo mucho cariño,
es de donde salen los versos que te escribo
y es donde guardo todo mi amor de amigo.
Y siempre recordaré año tras año,
mientras mi memoria exista,
el día de tu cumpleaños.
FÉLIX