A veces el llanto
No reconforta apenas.
Es entonces
cuando te pesan las horas
como si fueran días interminables
y el silencio te observa implacable
Detrás de cada cenicero.
Organizar las ideas
ya no es posible,
sólo hay lugar para el recuerdo.
Ay el recuerdo !
El más duro,
Intransigente y voraz
de los fantasmas.