Diecisiete de Mayo el primer día de tu caminar en el tiempo
Tiene sus horas grabadas en los ratos viajeros del recuerdo
Palpitados suspiros del afecto con el silbido galopado del viento
Hondos anhelos de la noche con sus cuitas más estremecidas.
Como habrá sido aquel prístino llanto anunciando tu nacimiento
Entre los arrozales esperanzados en sus nuevas espigas y granos
El rio emocionado celebrando la corriente del agua y su destino
Los asombrosos arboles de mangos endulzando a los labriegos.
Cuanto habrás aguardado en aquel quince en que desperté a la vida
La vieja casa donde pario un doce madre atado a tu diecisiete sonreía
Corazones uniendo sus caminos con el crepúsculo de un nuevo ser
El verdadero amor calla sus aflicciones y proclama sus afecciones.
Cada surco trazado eterniza su siembra con inocente ternura
El misterio de la bondad nunca tributa a la sombra del ocaso
Las huellas del espíritu siempre resucitan venciendo a la muerte
Permanencia ancestral de la existencia revelada sin tribulaciones.
Ama siempre decías más aun en la juventud donde no hay arrugas
Se humano y canta libre como los pájaros sin miedo a la lontananza
La vida tiene trampas y laberintos pero no dignifica a los cobardes
La magia del alma revela su reino más allá de los colores del arco iris.
Padre la felicidad es una alegre tarde verde cabalgando el infinito
Va montando un hermoso corcel desafiando al espejo falso del olvido
Es el niño – hombre arrullando con su manto amoroso de llanura
Sus ojos son los tuyos atravesando en silencio la infinidad del presente.
EH