¡Oh! Sombría mañana, que en tu amanecer en brumas mi corazón perturbas, en mi elado lecho cuando la vida avanza y de penurias socaba mi pensamiento.
Las aves reposan en su nido sin querer enfrentar el tiempo lluvioso y frío, las cuales miró con hastío como miró el espumoso rio que pasa vajo el puente de mis pensamientos, vagando como torbellino de mi impredecible destino.
Sabor a caricia mi cuerpo inhala, como gotas de lluvia que caen sobre mi cara, impávido me quedo al despertar de mi sueño taciturno y sentir que mi vida la devora el mundo.
L. B.