No estamos entrenados
Nunca asistimos a esos circos
De antorchas azules y latentes
Nunca ingerimos la sal de esas lenguas
Ni tomamos sedientos de las lagunas soberanas
No estamos preparados para vivir de este modo
Sin la luz que acaricia las cosas
Hasta reponerlas de la indiferencia del adiós
No estamos preparados y nunca lo estaremos
Porque con resignación nos someteremos a tus pies
Porque solo somos un ejemplo más
De cómo el orfebre da forma con sus manos
Porque tu voz sabe herirme
Como si solo no fuéramos carne
Cerca está el día de las atenciones verdaderas
Cerca la unión nuestra sin testigos pedestres
Cerca la luz que nos sumerja
Entre colores y lazos de sangre y oro