Hoy confieso que te quiero… Y aunque mis labios lo callen,
te lo grito acompañado de este cruel silencio. Te amo,
atrapado por los fuertes brazos de este deseo que esta quemándome por dentro. Te necesito.
Aunque sé que es probable que tú no sientas eso por mí,
por que lo siento cuando me tocas a medias.
Que tu olor casi no se queda impregnado en mi ropa.
Te quiero… De una forma muy especial, tanto,
que no hace falta que te vea… Solamente tengo que cerrar los ojos
y saber que existes.
La vida es difícil ahora que deba dejarte,
ahora que mis manos no van a tocarte… Ni mis labios,
presa de tu encanto podrán siquiera rozarte alguna próxima vez.
Me dueles, me duele tu frágil vuelo,
lo rápido que siempre te vas y te pierdes aunque ahora…
Creo que te escondes.
Las flores que te dejo en sueños están secándose,
ya no vienes a verme al pequeño mundo perfecto que he creado
para ti, al que me he atado desde el día en que
te he visto por primera vez.
Hoy siento que se vacía el agua de los ríos…
Y cae mojando mis mejillas.
Hoy una vez más te amo con una fuerza que ni yo mismo podría medir.
Aunque nunca me dices que sí. Aunque nunca me haz dicho que no.