El silencio es ausencia
y la ausencia distancia
en ella se entrelazan añoranzas
ya tu recuerdo no basta,
la foto sepia se gasta.
Esta obsesión insana
que no para, me dispara ráfagas
frías de penas cargadas.
Una pálida muerte demacrada
a mi lado sonriente aferrada
no se mueve a la espera ésta
ya me tiene en sus garras.
Sagrada dama reflexiva
enumerando entre susurros
a mi oído señales que muestran
que ya mi ser a ella le pertenezca
que ya cobrada está la deuda
aunque yo ignorarlo parezca.