Cuando mi luz, se apaga en la mirada
y el corazón se vuelve, flor marchita
una plegaria al cielo es elevada
en busca de la paz, que es infinita.
De quién a Dios, estuvo consagrada
suelo buscar, en su palabra escrita
un verso, que me aleje de la nada,
que dice, la esperanza esta proscripta.
Ella escucha mi voz, y al de la cruz
le ruega no apartar, de mi la luz
que ilumina las almas en la sombra.
Juana Inés de la Cruz, entre piadosas
me declara convencida en sus prosas
que él acude al dolor, de quien lo nombra.