La escuela blanca
estaba en la colina,
y la recuerdo.
Con sus ventanas
abiertas en otoño
y en primavera.
Las escaleras
llevaban a las aulas
y a los pupitres.
Veo los libros,
las mesas y pizarras
que nos unían.
Allí aprendimos
las reglas y nociones
elementales.
Hay una nota
nostálgica, en mi pecho,
cuando lo pienso.
Días de lluvia,
de viento y de granizo,
y otros de sol.
Días de llanto
deseos reprimidos,
bajo las nubes.
Tú lo sabías
y todo soportaste,
mi vieja escuela.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/05/22