Jorge Ivan Echeverri Londoño

incertidumbre

Descubrir

Me siento de diez años, cuando en época de Navidad esperaba con ansias la llegada del \"niño Dios\", ese día mí madre no necesitaba recordarnos como era la costumbre la hora de ir a la cama, no para el 24 acudía presuroso a la cama, me escondía entre las sábanas o simulaba estar dormido, era necesario debía sorprender a aquel personaje que me traería el carro de bomberos que tanto anhelaba esa noche se hacía eterna la espera no daba tregua los minutos eran días, los días meses.

Hoy en el 2018 a los 58 años el fin de semana y su espera son como ese 24 de diciembre, ahora ya no es el carro de bomberos, ahora es la de poder disfrutar de la luz que me produces al recorrerte en toda tu dimensión, creo que ahora descubrí quien me regaló ese 24 el carro de bomberos.

Igual que el Quijote y Sancho, el Rey y la Reina avanzan por la espiral de la vida. Su brújula, una tortuga cuyos pasos anuncian el pasar del tiempo por entre aquellos pétalos de curasao que un día vieron crecer el violeta y hoy aguardan en un pequeño envase a un Aladino, capaz de sorprender a Dulcinea, cada vez que tome el ébano y la nube que yacen en la superficie de la vida.