Podré ser aburrido agobiabo por la estampa,
podré ser el gran lobo, podré ser toda oveja:
pero nunca seguiré jugando con mi trampa
solo quien lo ha vivido lo lanza por su oreja.
El que nunca lo entiende saldrá por su costado
siendo testigo el cielo, siendo testigo el mar.
Confieso lo que vivo de donde estoy parado
y llevo entre mis ojos las ansias de llorar.
Pero ya lo comprendí, todo tiene un examen
y el ser mucho tentado es la prueba religiosa;
el mundo no da vueltas por una misma cosa,
pues la vida se encarga de darte su dictamen.
Cuando se llora de hambre imploramos bendición
porque todos sufrimos, porque todos sabemos;
y en pensar tanto con la realidad caemos:
la grandeza de todo la tiene el corazón.
Samuel Dixon [19/05/2022]