Romey

Confidencias ante la vela

Divisada la luz del oasis

suspiro oscuro a la brisa

soltando toda sangre viva

al aire profundo de este día

 

Me empapo en el fuego puro

despierto eterno como el último

desteyo de aqueya estreya en el cielo

para liberarme del yugo que yevo al cueyo

 

Excruto tras el velo

porque busco un secreto

firmamento oculto inframundo adentro

 

Y todavía con mi suprema sonrisa

encuentro lo bueno superada la agonía

el funcionamiento del universo siempre en armonía

 

 

Grandemente pensar en lo que es, sin mas envolturas, la evolución razonable...

Bailo sobre el acantilado marcando los pasos como hueyas de mis actos pasionales, cosas que parece no saber nadie, ni mi sombra...

Cómo lograr la bondad incuestionable en este lugar tan asediado de tempestades que deben refrenarse? 

Es verdad el apogeo, sobre todo objeto el amor eterno, el cielo despejado, los ojos abiertos? Estamos despiertos?

La aliteración espontánea, fugaz yamarada que aspira a durar una eternidad. El calor interno brotando desde mi corazón, ya no enfermo. Motas de viento. Voces diciendo los silencios... Sensación poderosa de superación de la forma, y la norma autoritaria enterrada entre palabras preciosas, piedras lunares que mis dedos tocan sin miedo a quemarse en la fragua del deseo. El agua caida del cielo zarco me ha bautizado a fuego: soy nuevo