Rompería las estrellas por vivir.
La noche está llena de pájaros que chillan
en algarabía, y yo no soy ninguno de ellos.
Es y no es, la noche; esta noche, y todas las noches,
quién se atreve a verla? Desde una ventana.
Desde algún camión, quién se arriesga una
centésima? Quienes se atrevieron a verla,
asomados a su pozo de estelas, sólo vieron
mentiras, azufre, titanio, algo perfectamente
indefinible. Yo llego y me la bebo entera,
sin gota de desperdicio. Demasiado seca
llevo la boca, que no encuentra asilo en la tierra.
Doy mis flores al centeno y piso las corolas
funerarias; doy mis versos al cielo, azul oscuro,
con tanto pavimento. Demasiado lejos
queda la arena, sí, con su triste perfume
de cosa llovida, pero silenciosa. Rompería,
una a una, todas las estrellas, si sólo fuese
vivir-.
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