A la mujeres hermosas
que aceptaron el papel
de unas madres querer ser
que ante nada se desploman;
que aunque ellos las abandonan
siguen con fuerza de pie
y ante un destino sin miel
a sus hijos siempre apoyan;
a esas mujeres que luchan,
bajo el amparo de Dios,
que a sus pequeños impulsan
con energía y con pasión:
hoy les canto con ternura:
manantiales del amor...