pensando y dando gracias que mis neuronas aún están activas
y que tengo alma que suspira, quiero hablar.
No sé de qué hablaré ni por dónde empezaré,
pero algo quiero decir ya que siento mi pecho apretado
y no es lógico que lo deje así atado al silencio
cuando siempre lo he criticado.
Mi persona necesita de otro ser para poder crecer
y desarrollar, no digo como dicen otros…
”Yo no necesito de nadie” mentiras y mil veces mentiras,
te necesito como esa agua siempre viva, como ese sol que necesita tu piel
para de vitaminas poderse abastecer.
Necesito del aire que me hace ensanchar mis pulmones
que en una ocasión la neumonía me hizo su visita y luché y la contemplé
como con mi fuerza la vencía. No soy inmune, soy un ser humano
que transito como cualquiera y está expenso a los virus que se te pegan.
Siguiendo de lo que quiero hablar, necesito poder ver todo lo hermoso que me rodea,
ver un botón de mi favorita flor como abre al amanecer con mis sueños que retengo
y prevengo que no se mutilen ante nadie.
Porque a pesar de que necesito de ese alguien, me considero preparada
para enfrentar las crisis asolapadas de la vida.
¿Cuál es el tema?
Pues sencillamente, me preocupa cuando me apego mucho a los demás sin conocerle bien
y después considero parte de mí y no es correcto.
Cada cosa en su sitio y preparar el corazón con toda la razón de cómo actúan los humanos
para que no te lastimen.
El querer a veces es en vano y te toca la mayor parte, lastimada, sin comprender
y eres tú misma que estás equivocada. Siempre que existe un grupo de personas a fines
y otras que pasan sin saber tú que lo hicieron, pero eso es lo que no quiero y no acepto.
Me emociona conocer al individuo que sola lo siento
y que puede que le ayude mi amistad.
Que me pueda engañar y en mi silencio equivocado
hasta le llegue amar.
Estas son las contrariedades a que uno se expone
cuando entra en este circuito que puedes dar
y dar pero a veces te sueles equivocar.
Sin llegar a una conclusión y expones a sufrir
al inocente que es tu guía, tu corazón.