Correteo emocionante,
sumergido de locura.
Son allí,
serán,
seremos.
Vuela entonces
de níquel y seda,
bordados los pespuntes.
No es la fe
que engarza.
Son los túneles.
Los huecos oscuros,
por debajo;
venas de tierra.
Valuaremos sin doquier,
con tu flema espumante.
Los microbios muertos.
La calvicie de la Luna.
Iluminada y oscura,
majestad
de las almas despiertas.
Pisaremos tantos grillos,
que la cadena
perpetua será.
Inundaremos
con sueños de Babel,
las piscinas infranqueadas,
los zaguanes marmolados,
los vestíbulos de lujo
y también los de pasión.
Quedan pocas horas ya.
Sus durmientes traquetean,
dan quebracho
ya sin savia,
a las rutas del vagón.
Te acompañaré.
Estaré contigo
hasta el final.
Y más allá.