Francisco Morales Lomas

TODO ES CONFUSA NOCHE

Todo es confusa noche cuando te doy el último

abrazo y el abismo se apodera de mí

con sus umbrías sombras. Y tu gastado tronco

se ahorma entre mis brazos como muro derruido.

Tu jardín, si brillante en el pasado, reposa

mustio entre las jóvenes ramas que te sostienen.

Lo que no acerté a ver, ahora lo veo

más claro y transparente: que se te va la vida,

que se te ha ido rápida y libre como el viento,

y no quiero dejarte sola como me dejas

tú ahora. Te llevas en un suspiro todo:

la espesura del mar, sus confines, mi tiempo

marchito, el ansia alegre del que un día soñó,

la esperanza de creer que el sueño era posible.

Me ato a tu débil cuerpo, al muerto que seré,

y no puedo dejar de irme contigo, madre.