Sangran mis labios al sentirte en la brisa,
Paralizas mi cuerpo,
Enloqueces mi mente,
Y evaporas mi vida como masa candente.
Porque viajo a tu lado recordando tu aroma,
Porque se va la calma y mis sentidos se alocan,
Añorando el perfume que me atrapo en tu boca.
Y no acepto perder,
No controlo el deseo,
No desespera el ansia,
No sé cruzar la calle sin seguir tu fragancia.
No sé olvidar tu risa, tu celeste mirada,
Y ahora que no las tengo siento que no soy nada,
Y me duermo tejiendo en tus cabellos de hada.
No sé vivir sin ti ahora que te has ido,
Ahora que mi camino se marca hacia el olvido,
No voy hacia adelante, mi tiempo se hace fijo,
Como estarás eterna junto a aquel crucifijo.
blanca como la luna
y aunque yo no lo quiera,
será perenne cuna
un cofre de madera.
Ardego 94
Agosto 19