Querido amigo:
Estamos una vez más frente a frente recordando el pasado.La franqueza de tu mirada me convida a abrirte mi alma.
Después de tanto tiempo esta confesión puede parecerte errada pero tal vez no tengamos otra oportunidad y por eso quisiera antes de irme decirte aquello que durante tanto tiempo he guardado.
Recuerdo esas tardes que pasamos juntos cuando admiraba la destreza de tus manos sobre el piano o aquella noche de Navidad en que protegiste con tu abrigo mi tembloroso cuerpo del cortante frío. Qué feliz era entonces, con qué gusto hubiese detenido el tiempo para permanecer contigo.
Pero no tuve valor para expresarte mis sentimientos, para contarte que el cielo y la tierra se hacían uno cuando me hablabas. Que me perdía en tu sonrisa y el guiño de tus ojos que siempre la acompañaba, sabías que me fascinaba tanto como contemplar tu pecho desnudo. Sin embargo solo en mis sueños me atrevía a acariciarlo.
Me preguntas por qué no te dije nada. Fue tan grande mi veneración por ti que te hice inalcanzable como las estrellas. Temí tanto perder a un buen amigo que enterré en lo más profundo de mi corazón mis ilusiones. Me faltaron las fuerzas para decirte que te amaba y hoy comprendo que fue un error dejarte ir porque se que nunca volveré a amar así.
Intensity ✍️ 11/4/2005