Te he soñado así, embriagada por las perlas de plata en que se han convertido los versos de tu piel, en donde te pensaba bañándose desnuda para mí, con el brillo de la Luna recorriendo tu piel de poema sangrante de pasión. Y en ese sueño yo te hacía el amor con locura, como el embrabecido mar a las rocas, pensándote como ausente de corduras en lirios finos dorados en que parecen tus rimas, de las que mis dedos recorrían despacio y ondulante en el titilar de las estrellas que brillan en tu cuerpo. Quizá sea mera fantasía esa de mí por tí, pero sé que en el brillo que hay también en tus ojos yo soñaba reflejándome en ellos; ahí estas lágrimas de soledad se perdían entre tus abismos, y, como de forma misteriosa, se convertían bajo la Luna en una nueva rima, envuelta entre versos de oscura poesía para luego elevarse liviana en el aire, así, trémula y libre de obstáculos, y que yo cojía en mis labios en cada beso que te daba, para recitar al final de la noche lo que siempre he soñado de tí en una sensual y erótica fantasía de amor extraviada en un poema erótico que adornará tu piel por la eternidad con nuevos versos de magia, locura y pasión.