Cada vez que repito tu nombre,
mi alma se remueve de su seno.
Nunca quise tanto a un hombre;
como a ti, que resultaste ajeno.
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Tu nombre lo voceo con dudas.
Sí, tengo dudas de que seas tú.
También, miedo que no acudas
y quiero alejarme de ese tabú.
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Todo es verdad o es mentira
y cada uno debe experimentar
su verdad, mientras aún respira.
Más aún, si se trata de piropear.
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Cuando pronuncio tu nombre,
todo en mí semeja a un desliz.
No hay nada que me asombre.
Vivo liada conmigo y soy feliz.
-*-
¡Confieso que tú estarás si quiero
y que yo, por hombre, no espero!