Y sonará tu canción en mi cabeza,
y la escucharé mil veces, embelesado,
y te esperaré cada noche, como siempre,
hasta el último baile que ejecutes,
hasta el último cigarro que yo me fume,
hasta la última copa que pueda tomarme,
hasta el último minuto de nuestras vidas.
Te esperaré, como lo he hecho siempre,
y dejaré mi vida con la puerta entreabierta,
por si tú decides regresar algún día,
y te esperaré, como siempre lo he hecho,
te juro que no dejaré de esperarte, ni un rato,
pero si tardas mucho, no sé cuánto,
sí llegas y ya no me encuentras,
tienes que saber, que, posiblemente,
será la última vez, será para siempre.