Sí, tan fácil, ahí lo tienes,
el silencio. Sí, como una nube o,
a veces, como la mano que ha de acunar
tu fiebre, cuando hayas de morir.
Peleaste sólo, y quizás, por un silencio;
por este silencio, solo. Aunque
agregues unas páginas más, o menciones
culpabilidades, desastres en vida, sueños
irrealizables, todavía. Sí, tan fácil.
Como el sueño y la realidad, como lo que
pasa despacio y aturde. Como aquello
que no pudimos. Sí, tan fácil, ahí está,
tu silencio-.
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