Inició el amor desde la cuna,
le abonó querer plus cariño,
luego destruyó su ciño,
sol, cielo, tierra, mar y luna.
Fue atroz, devastadora maleza,
exterminó todo lo precioso,
desapareció lo hermoso,
secó cada milímetro de naturaleza.
Cual verdugo experto en decapitar,
trazó su espada con perfección,
desolló alma, vida y corazón;
de tal forma que no se vuelva a amar.
Se ha marchado lejos la terneza,
convencida por la tentación,
permitió llevarse por la vieja acción
que le haló a venderse por riqueza.
La avaricia le matará su ilusión,
porque el magnate la reemplazará
y cuando menos crea sentirá
como es que destruye la traición…