veo que eres muy creída
una bebita mimada
disforzada y engreída
en verdad, no vales nada
quise yo hablar contigo
con madurez e inteligencia
de la vida, como un amigo
del destino y la providencia
derramar mi alma en tus manos
entregar mi corazón latente
mis sentimientos humanos
dártelos quise, inconsciente
darte mi vida, todo mi ser
en esa última esperanza
quise mi angustia, mi doler
contarte con fiel confianza
fuiste en mi un triste añorar
del alba pobre lucero
perdí el sueño por llorar
y esperar de ti un “te quiero”
y hacerte mi amanecer
mi tierno contacto humano
mi dulce razón de ser
lo celestial y lo mundano
ayer estuve equivocado
y hoy me digo: maldita sea!
en la mar de penas fui cegado
por el viento y la marea
solo fue una coincidencia
que te puso mi en mi camino
no fue dios, no la providencia
ni siquiera el cruel destino
veo todo claro ahora
tras mi inexplicable error
fue el demonio que en su hora
encendió en mi un gran fulgor
aléjate mujer malvada
con tu maltrato ya perdiste
por ser vil y desgraciada
lo más grande que en mi existe