poetalibre

LA ESPERANZA...

Yo vi pasar aquellas primaveras,
y seguían teniendo verde,
pero no era tu verdor.
Tal vez redimido,
prendido de las ansias de navegar,
con los amarres sueltos
mi barca era una locura,
pero tu mar,
seguía dibujando olas en su lomo,
mi mar, también abrazaba a tu orilla.
Ya ves... eran dos continentes
que a lo lejos, infinito y sempiterno, compartían la misma sal.
Mis noches tenían estrellas,
pero no eran los luceros
que brillan en tu alma,
teniendo la luz,
no alcanzaban
la iluminación perpetua
que brota del fondo de tus ojos.
Yo tenía escrito en el pecho,
por dentro, como quien a hierro
graba un sueño,
como quien promete a Dios
y Dios concede lo eterno,
tu nombre y tu cuerpo, tu risa,
tus entrañas, tu locura y tus vientos..
Yo tuve la risa y el llanto, una flor marchita y el encanto de un jardín,
pero no hallé un olor como el tuyo,
no vi una rosa más roja,
esas flores no se parecían a tí.
Yo me sentía un corazón rugir
como truena un volcán que nace,
vivía porque tenía que vivir..
La vida se me concedía,
tardes, noches y días, vivir.. Vivir..
Pero no era la vida que tenía tu corazón, no era la sobriedad,
la demencia y lo cuerdo,
el rayo, el estruendo, lo suave,
lo placentero, el todo y lo infinito
que tenía tu vida...
Yo, al fin, esperaba un átomo pequeño de tu esencia, un ínfimo rayo al tras luz, una conexión de lo divino,
un gesto mundano.
Yo esperaba en mi camino rasgado,
que llegaras tú.
Quizá, yo nací en tu fulgor,
era tu mar, al fin, donde timoneaba,
y fíjate, que mi jardín era tu jardín..
Yo, toda la vida te esperaba,
sí, a tí.. a tí..